Gradiva, una correspondencia

Fotos y textos: © Guillermo Labarca

  • Después de la muerte de su padre, Leila (sí, la misma Leila de Robbe Grillet, de Jacques Derrida y de tantos otros) se fue a vivir sola a una pequeña ciudad del sur de Francia... Provence es lo primero que se nos ocurre, pero puede haber sido en Languedoc, Aquitania, incluso en Auvergne o en cualquier otro lugar. Vivía recluida pero iba en bicicleta dos o tres veces por semana, cuando el tiempo lo permitía, a visitar a un escritor, conocido suyo que residía a dos kilómetros de distancia. Comían algo, bebían vino, conversaban poco, jugaban a las cartas y se despedían amistosamente.
  • John Locke enseñaba historia del arte musulmán en una universidad inglesa.