• © Jerónimo Rivero
  • En el descanso entre perforaciones, el silencio de la mina, constante, pesado, se rompe con la llegada del aire. Otro grupo de mineros empieza su labor, haciendo cantar toda la roca. Desde hace siglos, los mineros edifican con sudor y trabajo un inmenso laberinto de galerías y cuevas en el corazón del monte.
  • (Coop. La Multiactiva Corazón de Jesús.)