Sobre Recuerdos y Significados

© Guillermo Labarca

Los seres humanos somos máquinas de crear sentido. No podemos realmente ver algo sin atribuirle algún significado. Es decir sin conocer o inventar su historia, sin colocarlo en un contexto, sin encontrar su valor, en suma sin interactuar con ellos, con nuestra razón, con los sentimientos o simplemente con nuestros recuerdos. Esto es propio de los seres vivos, vivir es procesar. Algunos seres sólo procesan la materia para adecuarla a su subsistencia, otros como los humanos, no sólo procesamos la materia transformándola de manera que sirva a nuestros propósitos, si no que también elaboramos significados.

Aquí llegamos a la fotografía. La razón y los sentimientos procesan imágenes, en parte porque estamos construidos para fabricar y elaborar imágenes (no necesariamente con una cámara) y en parte porque también es una necesidad para nuestra supervivencia como individuos y como parte de un colectivo, que puede ser familiar, nacional, un club deportivo, la escuela, las acciones lúdicas, celebraciones o las políticas que emprende un grupo… aquel al que escojamos pertenecer.

Las fotos, estén ellas más o menos elaboradas, con iluminación cuidada o no, hechas por fotógrafos profesionales con toda su ciencia o instantáneas casuales, con enfoques precisos o desenfocadas, hechas con película o digital, en colores o en blanco & negro, sobre soportes de cualquier calidad o tamaño son siempre una construcción; son sólo una “pseudo verdad”, en tanto que dan cuenta solamente de una parcela de la realidad que representan. Además, “lo que representan”, ese fragmento de la realidad es completado por el significado que le dan quienes lo miran. El proceso de atribuirle significado, de dar “sentido” a una imagen es esencial para que la “veamos”.

Una de las cosas más importantes que hacemos en nuestras vidas es crear recuerdos. La historia, la política, las familias, los individuos, los diferentes colectivos recurren a los recuerdos para reforzar sistemas de dominación, la pertenencia al grupo, la legitimidad del colectivo, la construcción del pasado o de la identidad individual o colectiva, los acontecimientos significativos, etc. Las imágenes fotográficas en el último siglo han jugado un papel central al proveer de material para esta acumulación de recuerdos que han llegado a ser la base de la construcción de significados y sentidos.

Los recuerdos y sobre todo la significación que les atribuimos son importantes para la vida individual y social, en primer lugar porque cohesionan nuestra existencia actual y, también, porque despiertan el anhelo por aquello que fue y que quisiéramos que fuera de nuevo. Es decir asienta las bases de un pensamiento utópico que tan necesario es para la construcción de un mundo mejor.