Notas sobre un universo de papel

Fotos y texto: © Michael Donnor

  • Recuerdo haber recogido una vez unas estrellas infantiles en miniatura que ví en el suelo. En aquel momento para mí, las estrellas que colgaban sobre mi cabeza se veían tan cerca como las de plástico que tenía en mi mano. Con el tiempo, ambas se volvieron lo mismo; ambas son reales y ficticias.

    Wallace Stevens muy acertadamente escribió, “La creencia final es creer en una ficción, que sabes que es ficción, que no hay nada más. La exquisita realidad es saber que es una ficción y que estás dispuesto a creer en ella.” Mi realidad es relativa; hago un boceto en mi mente usando constantemente mis limitados cinco sentidos. Dibujo mis propias ficciones para mostrar que mi experiencia humana es un conjunto de percepciones interpretadas como hechos. Mi trabajo refleja la realidad que yo construyo y la verdad que la cámara parece capturar. Yo creo ficciones obvias para mostrar que no existe una verdad absoluta en la fotografía o en mi percepción de la realidad. Me cuestiono si dentro de las construcciones de la percepción yace mi verosimilitud de la realidad. Una vez confié en lo que veía, tal como una vez confié en lo que una fotografía me mostraba. Una fotografía no es sino una representación visual imperfecta de una percepción; todo lo que yo soy es percepción, sin embargo, esa es la única verdad que conoceré nunca.