© Guillermo Labarca.

Desde que se inventó la fotografía ha habido fotógrafos que han ido a la guerra. Algunos de ellos logrando imágenes impactantes, basta con nombrar unos pocos, como por ejemplo Robert Capa, Eddie Adams, Joe O'Donnell, Gerda Taro, David Seymour, Tina Modotti, Yevgeny Khaldei, James Nachtwey, Josef Koudelka entre tantos otros para constatar que han contribuido a revelar la verdad de esa enorme estupidez humana que es una guerra.

Han mostrado edificios destruidos, soldados armados, personas heridas, muertos en las calles, paredes ennegrecidas, alambres de púa, emigrados que huyen, humo y polvo de las explosiones. Eso es lo que vemos en sus imágenes, pero también vemos, intuimos o adivinamos familias destruidas, sueños rotos, seguridades desaparecidas, penas insuperables, desolación, odios sin fundamentos, crueldad y tantas otras miserias. Porque eso es en realidad lo que quieren transmitir por medio de sus fotos.

Muchos de los fotógrafos que mencionamos estaban ahí porque era su trabajo pero también y, quizás en la mayoría de los casos, porque tenían o motivaciones ideológicas o porque eran pacifistas convencidos que pensaban que develando las atrocidades que ahí sucedían contribuían a alcanzar sus ideales. Entre los primeros, (Gerda Taro, Robert Capa, Josef Koudelka, Tina Modotti, Yevgeny Khaldei etc, etc) son inseparables las imágenes que realizaron de su ideario y valores políticos y sociales. Otros, con sus fotografías, han apuntalado los movimientos que combaten la brutalidad sin sentido de la guerra; las imágenes de Eddie Adams en Vietnam, de Joe O’Donell en Hiroshima, de David Seymour sobre los niños en la guerra o de James Nachtwey en tantos lugares son algunos de los mejores ejemplos de fotógrafos comprometidos con la denuncia de esta plaga apocalíptica.

En una de las guerras actuales, la que recibe más atención mediática hoy día, es decir la de Ucrania cabe preguntarse ¿es posible fotografiar lo que en ella ocurre como lo hacían los fotógrafos comprometidos ideológicamente? Sinceramente me parece muy difícil, porque una definición ideológica implica tomar partido , implica identificar “los buenos” y “los malos”, lo que supone adherir a una de las facciones en disputa. ¿Quiénes son “los buenos” en este conflicto? Parece que nadie.

Lo que si se puede identificar inmediatamente es quienes son las victimas, que son precisamente, como siempre, los que no han decidido nada sobre la guerra y deben tratar de escapar de ella o de ir a ella engañados y engañándose sobre que es la patria y como se sirve a ella. Queda para los fotógrafos, entonces, sólo la opción de revelar la verdad de este horror, como ya lo hicieron unos cuantos anteriormente. Esta sería su mejor contribución para construir una paz un poco menos frágil.