comportamientos que le dan “carta de ciudadanía” en este mundo pero que contradicen su vocación original.
Un ejemplo entre otros, es la noción de “obra única”, artificialmente forzada sobre las fotografías que automáticamente las ubica en una escala de precios varias veces mayor de la que tiene la reproducción masiva, haciendo las inalcanzables a la mayoría de la población. Esta, la de obra única es una noción artificial para la fotografía porque en ella no existe la diferencia entre el original y la copia que encontramos en la pintura. La copia siempre es de inferior calidad en todas las artes visuales excepto en el grabado y en la fotografía hecha con el mismo negativo o archivo digital. Pero al introducir la noción de “obra única” o de “original-copia” se la sustrae del dominio público y se hace de la posesión de la obra una cualidad esencial modificando su sentido original.
Que quede claro, no estamos planteando que sólo las obras reproducidas muchas veces conserven su fuerza original. Hay muchas “obras únicas” que no han perdido nunca su valor, pero curiosamente se trata de trabajos que están en el dominio público.
Cuando se juntan dos o más artistas visuales ¿De que hablan? Pues, de las galerías, de los gestores del arte, de los precios de las obras, de quien vende y no vende, de los subsidios y de quienes los consiguen. ¿De que no hablan? De las opiniones de los críticos (¿a quien le importan hoy la opinión de los críticos?), de las tendencias del arte actual, del contenido de las obras, del valor simbólico de estas, de las soluciones técnicas y la experimentación, en suma hoy día no se habla ni del sentido, ni del valor de los trabajos: el precio lo domina todo.
Hace no tanto tiempo atrás, digamos hasta hace unos treinta o treinta y tantos años, los artistas hablaban todavía de compromiso político, de los
Obra unica ... ¿Por qué?