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El valor de las fotografías ¿De donde viene?

Si aceptamos que el valor de la fotografía es directamente proporcional a su trascendencia, es decir a su capacidad de transmitir más significados que los que aparecen en la primera apreciación de la imagen, debemos plantearnos preguntas sobre el valor de ciertas prácticas fotográficas. Preguntas que atañen tanto la fotografía que se autoproclama trascendente, o la que pretende ser arte, como es la de autor, como la que se supone irrelevante, tanto que no merece más que un pasaje fugaz por Facebook o ser un atachment que acompaña un mensaje electrónico.

En la actualidad, el valor y la trascendencia de la fotografía llamada de autor no es establecida por su función intrínseca, que es la de revelar la verdad de lo existente, si no por los intermediarios y gestores: museos, galerías, ferias, administradores de fondos públicos, etc. Son ello los que dicen qué es lo que vale la pena mirar, sobre lo que hay que detenerse para percibir significados. La ligazón con el mercado es evidente y definitoria; este es un fenómeno reciente, digamos de los últimos treinta o cuarenta años, sobre el que ya hemos escrito en otros editoriales de 1:1. Sólo recordamos aquí que, en la fotografía de arte, la valorización a través del mercado ha hecho desaparecer la relevancia de la opinión de fotógrafos y críticos (Magnum es una anomalía, casi una reliquia a venerar, en cuanto conserva el juicio de pares para aceptar nuevos miembros) y así el mundo de la fotografía ha perdido autonomía y con ello su contribución más valiosa. La trascendencia de estas imágenes viene, entonces, desde fuera.

La cuestión ahora, en esta ecuación entre trascendencia y valor, es lo que ocurre con la fotografía que no entra en los circuitos de arte. Por ejemplo la fotografía publicitaria o de moda que no es hecha por fotógrafos que han sido consagrados “artistas” por los gestores del mercado del arte; las de los reporteros gráficos de revistas y diarios; o las fotos familiares, las que toman fotógrafos no profesionales, las que están en teléfonos móviles y en infinitas cámaras digitales, cada día de más fácil acceso y de mejor calidad.