TOCANDO EL CIELO: Tras el Corazón de Jesús

 

   © Fotos y Textos: María Tudela

"Tocando el cielo" es un recorrido y búsqueda con mi cámara de los monumentos con la iconografía al Sagrado Corazón de Jesús en la Región de Murcia. No sabría explicar con palabras qué me impulsó a realizar este proyecto, qué me provocó a iniciarlo o, qué sentí que tanto me atrapó en estos lugares. La primera sorprendida fuí yo misma.

El Cristo del Corazón es un símbolo religioso de protección, y es frecuente encontrarlo en el punto más alto de cerros o montes, con los brazos extendidos lanzando su bendición sobre todo lo que queda bajo su ámbito de amparo. La devoción por este Cristo arraigó con fuerza en el levante, y especialmente en Murcia durante las años 40 a 60, la mayoría de las inauguraciones datan de ese período. Sin entrar en un análisis de la situación político-religiosa del momento, algún hecho, autoridad civil o eclesiástica, debió promover el fervor por este Cristo, motivo por el que quizá hay mayor presencia de estas esculturas en esta provincia, pero no deja de ser un análisis personal.

Este proyecto, es otra forma de presentar y mostrar estos monumentos. Pretendo alejar la visión clásica, religiosa o política que se tiene de ellos, para sustituirla por una visión más personal y creativa. Un proyecto que me permite no sólo censar, localizar y poner en conocimiento la existencia de muchos de ellos, sino que también me brinda la oportunidad de informar y censurar a través de mis fotos el descuido y el olvido en el que se encuentran algunas de estas obras de arte. La mayoría desconocidas por parte de los murcianos.

Lo que despertó mi interés por estas colosales esculturas en un principio fue su entorno, pero conforme el trabajo y la investigación iban tomando forma, se convirtió en una sorprendente aventura de emociones y sensaciones. Cada una de estas estatuas tiene una historia y aunque parecen iguales no hay ninguna idéntica a otra. Las hay renovadas y otras en ruina. Unas son de fácil acceso, otras en cambio el declive y el abandono ha borrado el sendero hasta su cúspide. Algunas están acompañadas de una completa soledad en la cima que coronan, otras forman parte final de un Vía Crucis. Pero si hay algo común que las hace semejantes, es el silencio y el sosiego que una experimenta en esos lugares, seas religioso o laico es imposible permanecer indiferente a esa belleza.

Si pudiera transmitir la pasión que han despertado en mí estos lugares. Si pudiera alejar los prejuicios para que los vean como yo los veo, como lugares cautivadores por su calma, por su quietud y por su paisaje. Pero, ante todo, si pudiera con este trabajo mostrarlos como las maravillosas obras de arte que son.

Gracias a Pepe Tudela, Carmela Peregrina y Patri Pérez por acompañarme en esta aventura.