daba en el centro, automáticamente, una cámara tomaba la foto del tirador. El premio era la foto. Diferente es lo que le ocurrió a un conocido que era cazador, su especialidad eran los ciervos; un día decidió criarlos en tierras de su propiedad, nunca más pudo cazar y ahora toma fotos a los animales. Reemplazó el rifle por una Canon. Un tercer caso es el de un colega que tomó fotos a una persona en la calle en una ciudad alemana y se vió enfrentado a demandas judiciales que le significaron tener que pagar una fuerte indemnización.
En el acto de fotografiar y en el lenguaje que lo acompaña: cargar (la cámara) apuntar al objetivo, disparar, hay una gran similitud con el acto de matar, de usar armas.